sábado, 24 de marzo de 2012

Recelos


Acelero el paso ansioso por llegar a mi hogar, penetrar en mi cubículo de cuatro metros cuadrados, mi paraíso, mi ventana siempre abierta al mundo, mi mayor fuente de alegrías y de tristezas, evasión constante de mi entorno fiero y deprimente, mi libertad enlatada; un cristal, un teclado y toneladas de pensamientos intentando escapar de mis entrañas.

Tras el cristal millones de palabras, de frases, de poemas y poesías esperando ser poseídas por mentes inquietas, por curiosos ojos, paseándose letra a letra, verso a verso, instigando a los pensantes, llenando momentos ciegos de desidia, compartiendo vidas.

Ese maravilloso momento del día, cuando en mi pequeña estancia penetro en un mundo expresado en mil palabras, con armonía, sin recelos, con simpatía y anhelos, con su propia sinfonía.

No pensé que fuera cierto, que una fría máquina decidiese aceptar todo lo que llevo dentro, sin pensar....

que fuera un cuento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario